Detrás de KILINI hay una artista autodidacta, amante del arte abstracto. Nacida en la sierra de Madrid, sumergida en la creatividad desde niña. Ingeniera de profesión que choca por completo con su visión caótica del arte, pero a su vez liberadora.
Toda la inspiración de su trabajo se basa en la naturaleza intentando transmitir las distintas maneras que tiene el universo de dar equilibrio y vida.
El centro de todas las obras son las texturas que según lo que se quiera reflejar, son más o menos predominantes.
Pasó por un proceso de autonocimiento que le hizo reconectar de nuevo con el arte. Creando una combinación del arte con la espiritualidad con lo que aprendió a manejar la ansiedad que sentía por su vida frenética.
A encontrado un equilibrio que la permite volver a estar en calma en el día a día, escuchándose y reconectando con ella misma a través del arte.